domingo, 11 de marzo de 2012

La gran aventura de Ulises y de vuelta al hogar

 En el regreso de los héroes, ellos tuvieron grandes problemas y dificultades para volver a casa. Enfrentaron graves peligros en alta mar. Una terrible tormenta hizo con que fueran más allá, a una zona desconocida.       Cuando llegaron a esta zona Ulises y los otro dioses tuvieron problemas con un gigante, el gigante comió varios de los dioses que estaba con él. 
 Durante, cuando Ulises y los otros intentaban volver hacia casa, Penélope sufría lejos de su amor, pasando por una situación inesperada. Todos pensaba que su marido había muerto y quería obligarla a casarse otra vez. Ella envió su hijo hacia donde estaba el rey Menelao para saber noticias de Ulises. Él dijo que seguramente estaría vivo y que luego volvería a casa. En fin, Ulises pudo salir de la isla en la que no conociera pero dejando furioso a Polifemo. 
 Llegando al barco entraron en alta mar y pensando que por fin estarían liberes de problemas, estos pasaron por el valle de la muerte, pasando por ríos de tiniebla, de fuego, etc. Ulises pedió ayuda a in ciego, consejos de cómo llegar a Itaca, después vio la alma de su madre levantar  con otras almas y, ni siquiera sabia que ella había muerto. Volviendo hacia el barco Ulises dijo por lo que iban pasar él y sus hombres. Nada había acabado. Entonces un remolino. Empezaron a remar mas rápido, atravesaron un estrecho y observando el horror remolino. Continuamente Ulises escuchó grita su nombre, era seis de sus hombres y luego el silencio. Había cumplido lo que el ciego dijo. 
  Habían que quedar un tiempo más en la isla y pensaban que tenía comida suficiente pero duro más tiempo que esperaban y mataran las vacas en las que no podían comer. Un rayo del cielo hizo daño en su barco echando todos a la alta mar y poco a poco perdió su compañeros. El monstruo, calipso le salvo la vida pero no dejo él macharse y después de tanto tiempo los dioses pidieron que le dejara.
 Era hora de que Telémaco volviera a casa pero no sabia se su padre tendría la suerte de volver para casa. Su madre le necesitaba. Escuchando mucho sobre la vuelta de Ulises, ya no era el mismo entusiasmo que antes, pero aun tenia la esperanza. Y un mendigo fue que le advirtió que él estaba volviendo. Y lo recibió en su casa. 
Penélope hizo una prueba con sus pretendientes, tenia que tirar la flecha al más alto donde solo Ulises sabría hacerlo. Todos intentaron pero ningún de ellos consiguieron. Entonces Telémaco y Eumeo llevaron el mendigo para hacer esa prueba, nervioso dejó caer el arco, volvió a coger. En su sitio le tomo una flecha con mucho cariño y lanzo-la donde debería lanzar. Todos dijeron: ¡ Ulises ha vuelto!. Penélope muy feliz sin fuerzas abrazó su marido y le pidió pendón por no haberle reconocido llorando y Ulises lloro con ella.

jueves, 8 de marzo de 2012

La muralla de Troya y el campamento de los griegos

  •  La muralla de Troya echa de piedra, era muy grande, tenia unas gruesas paredes y era muy resistentes a los ataques de lo reinos enemigos, rodeaba todo el reino Troya. Las torretas eran de madera. La muralla estaba vigilada día y noche.  En la muralla había una gran puerta de madera,donde habían dos soldados con lanzas para defenderse,por el interior de la puerta había otros  dos soldados encargados de abrir y cerrar la puerta. 



  • El campamento griego no era grande pero sí era muy seguro,tambien lo vigilaban día y noche. Dormían en tiendas de campaña. Cada rey tenía una tienda de campaña para él y tenían cerca los barcos por si tenían que escapar. El campamento se dividía en dos, una la zona más segura y cerca al mar donde se encontraban los Dioses; la otra ,donde se encontraban los soldados, menos segura porque estaba más cerca a la muralla y si los Troyanos atacan el campamento los perjudicados serían ellos.

jueves, 1 de marzo de 2012

Las aventuras de Ulises (Odiseo)

Ulises, ya viejo y cansado, volvía a su casa ansioso para ver de nuevo a Penélope, su esposa.
Aún joven se había despedido de ella para ir como combatiente a la guerra de Troya.
Volvía mas viejo porque la guerra había durado tantos años, que no le bastaban los dedos de la mano para contarlos.
- Pronto volveré a ver a mi querida Penélope, pensaba recostado en la borda de su barco. Se le debe de haber vuelto blanco el cabello de tanto esperarme.
Se sentía ansioso. No sabía, ni se imaginaba, que antes de ver a Penélope tendría que enfrentarse con muchísimo  peligros.
Peligros cuya duración no sería corta ni pequeña, sino larga. ¡Sí, unos cuantos años más separarían todavía a Ulises de su adorada esposa Penélope!
El primer obstáculo en su travesía fue Polifemo, el gigante.
Polifemo, más que gigante, era un Cíclope, porque tenía un solo ojo redondo, en medio de la frente, alto, fuerte, pelos ondulados, ropa de guerrero, una boca muy grande y muy muy fuerte. Y no era un Cíclope cualquiera. Era el más importante de todos ellos: el que tenía más ovejas, la cueva más grande, más quesos y más jarras de leche en ella. Ulises y sus amigos fueron tomados como prisioneros y, para salir de ese problema le ofreció vino y el lo acepto. Bebió jarra tras jarra hasta quedarse borracho. 
 Aprovechando el sueño profundo del Cíclope, Ulises tomó una larga estaca de madera y hundió su extremo en el fuego.
Cuando la punta estuvo al rojo vivo, la clavó en el ojo del gigante borracho, que bramó de dolor. Los gritos de rabia eran tan fuertes y agudos, que todos los Cíclopes del lugar corrieron a ver qué ocurría, mientras Ulises y sus compañeros huían hacia la nave, que los esperaba meciéndose al vaivén de las olas, a orillas del mar.